Soluciones digitales y tecnológicas a los retos de movilidad de las ciudades

El 60% de la población mundial vive en ciudades de más de 10.000 habitantes en la actualidad, mientras que para el año 2050 se estima que en torno al 70% habitará áreas urbanas. Absorber y facilitar un flujo dinámico de todas esas personas y conseguir mejorar la movilidad en términos de eficiencia y de calidad de vida de los ciudadanos, son los retos para los que deben estar preparadas las grandes urbes.

Hoy en día, la mayor parte de las soluciones de movilidad urbana está sustentada en herramientas relacionadas con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Así, aunque el ciudadano no sea consciente o no lo vea, existen tecnologías inteligentes ya implementadas en nuestras calles que permiten, por ejemplo, que los tiempos de espera en un semáforo puedan ser recalculados y modificados en tiempo real para descongestionar una vía determinada.

A pesar de esta clara evolución y mejoras en la calidad de vida que han permitido las nuevas tecnologías, los atascos, la contaminación, el ruido, el estrés o la pérdida de horas productivas son algunos de los aspectos que hoy caracterizan a las ciudades modernas. Y es que las ciudades se encuentran en la situación de tener que compaginar el incremento de la actividad económica en el centro urbano con una reducción del consumo energético y del impacto del tráfico en el medioambiente. Hay que ser más productivos, pero al mismo tiempo más sostenibles.

Así, los principales retos a los que se enfrentan las ciudades son los relacionados con la alta contaminación acústica y atmosférica, los elevados consumos energéticos que generan los vehículos (especialmente los transportes de mercancías), un ordenamiento urbano y de sus infraestructuras que dificulta la movilidad en la ciudad y el tráfico y los problemas de aparcamiento que se generan debido a todo ello.

Soluciones de movilidad para reducir el tráfico

Para afrontar estos retos resulta indispensable el uso de las nuevas tecnologías, capaces de proporcionar soluciones para reducir las emisiones de C02, optimizar las rutas y disminuir la densidad de tráfico y los tiempos de conducción, como el que implica la búsqueda de aparcamiento. Y es que “un conductor pasa unos 20 minutos de media en el proceso de aparcamiento, durante los cuáles genera una importante cantidad de CO2”, como comenta Uliana Torkunova, CEO de Let Me Park.

Uliana sabe de lo que habla, pues su startup está desarrollado una app que ayuda al usuario tanto en multitud de aspectos relacionados con el aparcamiento (encontrar plazas con cargadores eléctricos, reservas de parking, talleres cercanos, lavaderos…) como en facilitar que se mueva de una manera más inteligente, al permitirle conectarse con los servicios de movilidad de la ciudad y de este modo encontrar otros métodos de desplazamiento más eco-friendly.

“Tenemos que tener en cuenta que no podemos cambiar algunos hábitos de la gente, como por ejemplo el uso del coche, por eso lo que hacemos es adaptar la tecnología a las personas para mejorar su calidad de vida además de motivarles a utilizar otras formas alternativas de transporte que pueden combinar con el uso del coche y que ayudan a asegurar la sostenibilidad de las ciudades”, explica Uliana.

Lo que está claro es que Let Me Park u otras propuestas tecnológicas pensadas para las smart cities no pueden ser tomadas como soluciones aisladas, sino que deben estar alineadas para lograr una movilidad más eficiente, sostenible y accesible.

“Otras soluciones tecnológicas que puedan llegar a garantizar la eficiencia y sostenibilidad de la movilidad urbana son los coches y parkings compartidos, los cargadores eléctricos e incluso otros medios de transporte como bicis o motos, pero creemos que la clave está en conectar toda esta información y darla de la manera más sencilla al usuario”, finaliza Uliana. Y en eso están trabajando desde Let Me Park, en crear no sólo una app de aparcamiento sino una plataforma que haga posible una movilidad urbana sostenible que mejore la eficiencia, el impacto ambiental, las infraestructuras urbanas, las congestiones de tráfico o la seguridad vial de nuestras ciudades.